Nuestros amigos Karmele y Joseba,nos mandan esta carta que quieren compartir con todos vosotros:
“Podría escribir un libro contando la maravillosa experiencia vivida
como casa de acogida, pero para no aburrir intentaré resumirlo bastante.
En primer lugar yo nunca pensé en ser familia de acogida de galgos sino
que mi intención era la de adoptar uno, fue mi mujer, Karmele, la que lo
tenía clarísimo.
Lo primero que se me pasó por la cabeza fue que no íbamos a ser capaces
de tener un perro, cuidarlo, enseñarlo y una vez que tenía unas pautas
aprendidas y estaba socializado, entregarlo en adopción justo cuando le
habíamos cogido cariño. Pero ha sido justamente este encariñamiento el que
nos ha hecho entender que la labor que desempeñamos es la más gratificante,
con mucho, de todo cuanto se puede realizar en favor de los galgos.
Entregar un perro en adopción y verlo después de unos meses alegre y siendo
querido y tratado a cuerpo de rey en su nuevo hogar te hace sentir
enormemente satisfecho con tu trabajo y emocionado cada vez que tienes
noticias de alguno de ” tus galgos “.
Gracias a Soro, Hankaluze, Penny, Betty, Paloma y ahora Pepa por todos
los buenos momentos que nos han hecho sentir en menos de un año y animar, a
todas las personas con sensibilidad y que se crean capaces, a acoger galgos
porque van a sentir una enorme satisfacción cada vez que entreguen uno de
estos perros que tantas calamidades han pasado. Eso sí, un trocito de cada
uno de estos perros quedará para siempre dentro de cada uno de sus
cuidadores. “
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